Llegó el día de la Exposición. El alumnado ha preparado una introducción para los folletos de invitación a la exposición:



La exposición está compuesta de 3 partes:
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Fotos con la explicación de algunos ámbitos de la sociedad de entonces: Educación, Ocio, Mujeres, Costumbres, Trabajo… y mediante auriculares se pueden escuchar los audios de las entrevistas relacionadas con las temáticas.

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“Recuerdos de Santiponce”: en post-it las personas pueden libremente escribir sus recuerdos de la infancia en Santiponce.

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“Vuela con tu bisabuela”. Se realizaron encuadernaciones japonesas para las mejores historias de la actividad, cuya lectura también se puede acompañar de sus respectivas audio-historias.
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A continuación están algunos fragmentos contenidos en estas historias:
Katheryn Trujillo
Las mujeres éramos menos valoradas que los hombres y aunque sigamos luchando para intentar ser iguales, siempre habrá ese sentimiento hacia la mujer que es menos que el hombre. hombre.
Nunca he estado de acuerdo con esto la verdad, opino que todos deberíamos de tener las mismas condiciones en todo. Por ejemplo, a mí me pagaban 500 pesetas y a mi hermano 1000 pesetas. ¿Por qué? No tengo la respuesta y nunca la tendré. No le encuentro sentido a esa desigualdad. Opino que cada mujer puede hacer lo mismo que haga un hombre y si lo hace no entiendo por qué tiene que ganar menos que él
Sandra Pérez Navarro, “El diario de Encarnación”:
En memoria de todas las mujeres del mundo, especialmente de nuestras antepasadas. Sin ellas nosotr@s no seríamos fuertes y san@s
Sólo habían pasado dos meses desde mi casamiento y hace dos semanas mi marido tuvo que marchar al frente. Deseaba verlo y abrazarlo.
Yo nunca estuve en ningún bando. Odiaba la política, pues sólo llevaba a conflictos y en casos más graves a la guerra.
Aún así , como una vez oí decir a un anciano sabio: “En la lucha contra el resto del mundo te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo” (Fran Kafka).
Con cariño, para mi abuelo el cual se crió sólo por su madre y nunca conoció a su padre (muerto en el frente).
Ana Vizcaíno Navarro, Araceli Ruiz Romero:
Araceli, muy afectada por la muerte de su marido (Fusilamiento), tuvo que tomar la decisión de sacar adelante a su hijos, trabajando en lo que le saliera para poder sacar a sus pequeños adelante con la preocupación de cada día, ya que en esa época no abundaba la comida.
Siempre la recordarán por esta frase que ella siempre repetía con una sonrisa. “El que no valora la vida no se la merece.
Alejandro Santarem Chamorro, “Historia de una luchadora”:
Nací en Sevilla el 3 de marzo de 1939, faltaba casi un mes para que la guerra civil terminara. Mi madre me contó que entonces la vida era triste y oscura, la gente estaba cansada de tantas guerras y tanta muerte, parecía que nunca salía el sol a pesar de ser el mes más soleado de todo el año.
En 1950 la vida seguía siendo muy dura y ya éramos seis hermanos, así que a los 14 años tuve que ponerme a trabajar porque hacía falta en casa. Recuerdo aquellos momentos con mucha tristeza. Tuve que dejar el colegio que era lo que más me gustaba en el mundo.
La vida seguía siendo gris y triste para mí, pero había que trabajar…
Álvaro Benítez Fernández, “Las hormigas que hicieron historia”:
Era el cumpleaños de mi bisabuela. Le hicimos un collage de fotos en el que aparecía toda la familia. También le regalamos un profesor particular, ya que su sueño era aprender a leer y a escribir.
Soy Álvaro Benítez Fernández y soy bisnieto de esa maravillosísima bisabuela M.ª Antonia Eslava Carrera.
Andrés Jesús Posada Verdugo,“Mercedes”:
La ciudad se despertaba un color naranja, una sensación de paz , tranquilidad, que es más aún con los cantares de los pajarillos que vuelan sobre los árboles.
La mañana del 17 de Julio de 1936 Mercedes estaba en su casa realizando las tareas del hogar y cuidando de sus tres hijos. Ella, como cada día , puso la radio para escuchar las noticias. Ese día comenzaba la Guerra Civil Española”
Me llamo Andrés Jesús Posada Verdugo y soy bisnieto de Mercedes.
David Romero , “Esperanza ”:
Hace mucho tiempo, en la década de los 50, una mujer trabajadora en un campo de aceitunas se llamaba Esperanza Romero Anselmo (1934-2006), el nombre más bonito que han escuchado mis oídos. Por desgracia ya no se encuentra entre nosotros.
Era un día soleado, muy cálido, no había ni pizca de viento y las gotas de sudor chorreaban por la frente.
Ella trabajaba en el campo, era muy joven pero ya había conocido a mi abuelo.
Escuchaba la radio, las noticias no eran buenas. Se temía lo peor, se preocupaba por mi abuelo porque ya había vivido la guerra civil y perdió a sus padres
Me llamo David Romero Anselmo , nieto de Esperanza González y José María Romero.
“Felisa”:
Acabé la jornada de trabajo por la noche, como de costumbre, así que me dispuse a ir hasta mi casa.
Una casa vieja en la que siempre entraba frío , aunque en las cálidas noches de verano era lo mejor. Además de que era muy pequeña.
A pesar de todo eso seguía siendo mejor que dormir en la calle como muchos hombres y mujeres, incluso niños.
Algunas veces salgo a darles un trozo de pan a los niños, cosa que sus padre me agradecen. Me encantaría poder darle algo a ellos también pero me resultaba imposible, ya que casi no tenía comida para mí misma.
Definitivamente esta guerra nos dejó fatal.

